Prepara la masa: En un bol grande, tamiza la harina y añade la mantequilla fría cortada en cubos. Trabaja la mezcla con las manos hasta obtener una textura arenosa. Añade el azúcar, el huevo y una pizca de sal. Amasa hasta formar una masa uniforme. Envuélvela en papel film y refrigérala durante al menos 30 minutos.
Cocina las manzanas: Pela y corta las manzanas en láminas finas. En una sartén grande, derrite las dos cucharadas de mantequilla a fuego medio y añade las manzanas. Espolvorea el azúcar y la canela por encima, y remueve suavemente para que las manzanas se impregnen. Cocina durante 10 minutos hasta que estén ligeramente caramelizadas.
Estira la masa: Saca la masa de la nevera y estírala con un rodillo sobre una superficie enharinada. Colócala en un molde para tartas previamente engrasado y ajusta los bordes. Pincha la base con un tenedor para evitar que se infle.
Añade el relleno: Coloca las manzanas cocidas sobre la base de la tarta de manera uniforme. Si lo deseas, puedes crear un diseño decorativo con las láminas de manzana cruda por encima.
Hornea la tarta: Precalienta el horno a 180 °C y hornea la tarta durante 35-40 minutos, o hasta que la masa esté dorada y las manzanas se vean caramelizadas. Deja enfriar antes de servir.