Preparar las frutas: Corta la naranja en rodajas finas y las manzanas en cubos pequeños. Esto permitirá que las frutas liberen su sabor en el vino y la sidra.
Mezclar los líquidos: En una jarra grande, combina el vino tinto y la sidra de manzana. Añade el licor de naranja para darle una nota cítrica y equilibrada.
Incorporar las frutas y especias: Agrega las rodajas de naranja, los cubos de manzana roja y verde, y los arándanos frescos. Luego, coloca la rama de canela, los clavos de olor y la pizca de nuez moscada, mezclando bien para que todos los sabores se integren.
Endulzar al gusto: Añade el azúcar o miel y remueve hasta que se disuelva completamente. Esto aportará un toque dulce adicional, perfecto para equilibrar la acidez del vino.
Refrigerar: Deja reposar la mezcla en el refrigerador durante al menos 2 horas para que los sabores se asienten. Si puedes dejarla toda la noche, el sabor será aún más profundo y especiado.
Servir: Justo antes de servir, añade hielo al gusto y remueve suavemente. Sirve en copas individuales, decorando cada una con una rodaja de naranja o un par de arándanos.